domingo, 28 de diciembre de 2008

de chirico

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Al contemplar un cuadro de De Chirico súbitamente nos sentimos lejos del mundo y al mismo tiempo en el mundo. Hay un realismo irreal que provoca en el espectador un malestar. Hay una dimensión sicológica que se traduce en una construcción insólita. En una misma imagen conviven varios puntos de fuga (Misterio y melancolía de una calle, óleo sobre tela, 87 x 71,5 cm. 1914). El artista es tributario de un mundo interior, su creación es metafórica, articulada como un sueño, en una misma tela conviven la evocación de una experiencia vivida junto a otra experiencia vivida. Escenarios vacíos donde todo es absurdo, enigmas, símbolos que nos llenan de inquietud. El espectador será autor.
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