viernes, 1 de agosto de 2008

el último hombre

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Ha llegado el momento en que el hombre se fije su meta. Ha llegado el momento para el hombre de plantar el germen de su esperanza más alta.
Su suelo es aún bastante rico para ello. Pero ese suelo, un día, será pobre y ya muy abonado, no podrá ahí crecer un gran árbol.
O desgracia! Viene, el tiempo en que el hombre no proyecta más la flecha de su deseo por encima del hombre y en que la cuerda de su arco ya no sabe vibrar.
Yo se los digo: Hay que llevar consigo aún el caos para poder dar nacimiento a una estrella que baila. Yo se los digo: ustedes llevan caos en ustedes.
Desgracia, he aquí el tiempo en que el hombre no dará más nacimiento a ninguna estrella! Desgracia, he aquí que viene el tiempo del hombre más despreciable, aquel que no puede despreciarse a si mismo.
Vean, yo les muestro el último hombre.
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F. Nietzsche - Así habló Zaratustra
(versión a partir de la traducción francesa de Arthur Goldschmidt)
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