jueves, 21 de agosto de 2008

nietzsche y el nihilismo


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El término "nihilismo" designa para Nietzsche la esencia de la crisis mortal que sufre el mundo moderno: la devaluación universal de los valores, que sume a la humanidad en la angustia del absurdo al imponerle la certidumbre desesperante de que nada tiene sentido.
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El nihilismo es consecuencia de la generalización de un fenómeno morboso, la decadencia. Mientras se mantenga en ciertos estratos sociales y se limite a ciertas regiones del globo, la decadencia no pone en peligro la civilización humana; pero se transforma en una amenaza inquietante, cuando invade - como hoy en día según Nietzsche - el conjunto de las clases, las instituciones y los pueblos, para confundirse finalmente con la idea misma de humanidad (Vol. Puis. II 129-130)). Al hablar de "decadencia", Nietzsche intenta, en cierta manera, de detectar y de agrupar las condiciones existenciales que, a sus ojos, han preparado la irrupción del nihilismo.
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La decadencia se caracteriza en primer lugar por un desarreglo de los instintos. Para tratar de restablecer un equilibrio, el decadente recurre a la razón, que erige en déspota y que encubre con el imperativo moral y la fe sectaria en la lógica. Tal medicina no impide que el decadente permanezca un ser fundamentalmente "reactivo". Ya que la decadencia provoca la disgregación de formas, la pérdida de la capacidad de asimilación y de síntesis, la debilitación del querer, el desencadenamiento caótico de las pasiones: en vez de actuar, el decadente rumia sempiternamente los recuerdos dolorosos y, víctima de su irritabilidad excesiva, busca la ebriedad del olvido en excitantes artificiales; es el hombre cuyas motivaciones son consecuencia de la voluntad de venganza. Pues "aquel que sufre prescribe contra su sufrimiento la miel de la venganza" (Crépuscule 161). La noción de justicia queda así pervertida por el resentimiento de los decadentes: "Cuando dicen: "Soy justo", creemos siempre escuchar: "Me he vengado" "(Zarathoustra 203).
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Pero cómo los débiles lograron contaminar a los más fuertes, a tal punto de que la decadencia llegó a ser la enfermedad de la totalidad de la civilización humana? Varios medios fueron empleados, de los cuales el más eficaz fue el control de la educación; mediante esta artimaña, la decadencia llega a ser en definitiva la escuela de la enfermedad. Esta pedagogía de la decadencia, que se disimula bajo el estandarte de un "mejoramiento" moral del hombre, se aboca en realidad a su domesticación; dicho de otro modo, a la transformación de las naturalezas enérgicas y apasionadas en un rebaño de bestias laboriosas, dóciles y mediocres. Es la casta sacerdotal que se ha encargado de dicha domesticación sistemática. Ya que "el hombre se ha vuelto inofensivo, débil consigo mismo y con los demás, hundido en la humildad y la modestia, consciente de su debilidad, el "pecador" - he ahí el tipo deseado, aquel que también se puede producir gracias a cierta cirugía del alma" (Vol. Puis. I 187).
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Jean Granier - Nietzsche.
(versión a partir del texto original en francés)
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Bibliografía
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La Volonté de puissance, trad. Geneviève Bianquis, (Vol. Puis.).
Le Crépuscule des idoles, trad Henri Albert, (Crépuscule).
Ainsi parlait Zarathoustra, trad. Geneviève Bianquis, (Zarathoustra).
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